La guerra de los 4000 años (Parte 1)

Hace veinte días que me envuelven las emociones, y lamentablemente hubo momentos en lo que predominaba era la ira. Sentía rechazo y desprecio. Tuve que hacer un esfuerzo para no elegir bandos de acuerdo al momento, hasta que pude aferrarme a un principio básico y ese esfuerzo dejó de ser necesario. Y es que lo único que importa son las personas, sus historias, su tiempo en esta tierra, y la importancia de no interrumpir lo que sea que la naturaleza dispone para ellas.

“La violencia sólo engendra violencia. El fin no justifica los medios. Todas las vidas valen. Atrás de cada persona hay una historia. De la muerte no hay vuelta.”

Todas estas frases parecen obvias, pero viendo lo que ocurre hace veinte días entre Palestina e Israel, pareciera que hace falta ponerlas por escrito. Arrojármelas a la cara, con el mismo ademán que hago todas las mañanas cuando me lavo la cara. A ver si con esa foto, logro mantenerme despierto y despertar a alguien más ante tanta distracción, mentira y manipulación.

Una foto de un niño Judío y otro Palestino, abrazados mirando Jerusalem desde el monte Sion, 1993. Se comprobó que esta foto fue falsa, pero aún así representa lo que a muchos nos gustaría ver.

Voy a comenzar con un poco de historia por más que tenga que remontarme cuatro o cinco mil años atrás, intentando recopilar información que nos permita abstraer la importancia que tiene el significado de los hechos más allá de su precisión física y temporal. Si bien, hay eventos que ocurrieron y decisiones que se tomaron, todo lo que se cuente no dejará de estar sesgado por la mano de quien la escriba, la creencia de quien la cuente y el contexto de quien la entienda.

Vuelvo a la génesis de este conflicto y recuerdo a quien lea, que detrás de todo ésto que ocurre, hay personas. Y si bien la historia nos va a ayudar a entender algunas de las razones aproximadas, buscar precisión en los hechos, es intentar buscar razones para lo injustificable. Entendamos que acá lo que importa es un contexto aproximado, y luego será necesario despegarnos de la historia porque jamás será exacta. Lo único exacto por ahora es que a la fecha, hay miles de muertos, incluyendo mujeres y niños, junto a cientos de miles desplazados de sus hogares.

En otro post y luego de tender un manto de historia, voy a intentar contar lo que viví durante mi visita a Israel y Palestina. Voy a tratar de salpicar entre comentarios y apreciaciones, todo lo que he aprendido, conocido y sentido durante estos quince años en esta región del mundo. Como mi camino me ha acercado a una cultura, un sentir y una historia muy distinta a la nuestra. Desconocida, donde seguimos llamando turcos a los árabes y judíos a los israelitas.

Y finalmente, voy a decir lo que pienso, siento y creo con respecto a este conflicto, sus verdaderos motivos y cómo el mundo forma parte de esto. Los cómplices y los héroes silenciosos.

Un poco de historia

Conocer la historia antigua y moderna es necesario para correr el velo, y entender la locura, fanatismo y verdaderos intereses detrás de las justificaciones que esgrimen ambos bandos; Y como esas razones, se están llevando la vida de personas que viven y sufren el presente. El conflicto hoy pareciera ser político, pero puertas adentros, grupos extremistas siguen utilizando slogans para efervescer a sionistas y yihadistas (aunque verdaderamente lo que hacen es utilizar la creencia fanática para aprovecharse de la gente en pos de su causa).

Entrando de lleno en la historia, sabemos que Abraham nació aproximadamente hace 4000 años. Se casó con Sara, pero no podían tener hijos. Así que a los 86 años Sará permitió que engendrará quien iba a ser su primogénito son la criada de Sara, Hagar, a quien llamaron Ismael.

Tiempo después, Sara quedó finalmente embarazada y nace Isaac. Ya con su hijo en brazos, Sara pide a Abraham que destierre a Hagar junto a su hijo, quienes deben huir hacia las tierras de lo que hoy es Arabia Saudita, Siria, Jordania y Egipto.

Ismael tuvo doce hijos a lo largo de su vida y es así como nacen esta las doce tribus árabes, de donde provienen muchas de las naciones que hoy conocemos.

Recreación aproximada de los reinos de los hijos de Ismael.

Isaac, el hermano menor de Ismael, quien se quedó en Canaan (lo que hoy es Israel, Palestina y CisJordania), tuvo dos hijos. Uno de ellos fue Jacobo, quien más adelante se convertiría en el padre, esta vez, de las doce tribus de Israel.

Jacobo decide repartir lo que consideraba su tierra entre sus doce hijos. Tierras que también estaban ocupadas por los Hititas y donde los Ismaelitas (los doce hijos de Ismael) rondaban. Lo que nos importa de los Hititas es saber por ahora es que era un pueblo aguerrido y no les gustaba que le manden a diez chicos a ocupar sus tierras. Y sobre los Ismaelitas que sentían cierto rencor por la suerte que les había tocado a su papá y a su abuela, cuando Abraham decide desterrarlos de las tierras de Canaan, al nacer su segundo hijo, Isaac.

Recreación aproximada de los reinos de los hijos de Isaac.

Diez de los hijos forman tribus que con el tiempo fueron absorbidas entre ellas o simplemente se fueron perdiendo. De ahí el nombre que llevan: las diez tribus perdidas de Israel.

Pero eran doce hijos los de Jacobo así que faltan dos. Uno de ellos, Benjamin, ocupa el territorio de lo que hoy es conocido como CisJordania o West Bank (Palestina), y Judá, otro de sus hijos, se asienta sobre una porción considerablemente más grande, que hoy corresponde a la región que va desde Belén (Betlehem) hasta parte del actual desierto del Sinaí (lo cual fue conocido como el reino de Judá). Como la mayorías de las personas, hijas de padres que reparten amor a través de los bienes y la riqueza, y de esa forma los hijos aprenden a amar y a interpretar el amor, Benjamin y Judá, deseaban la tierra del otro.

Más tarde, una parte de esta población (dato impreciso si hubiera que darle un nombre) emigra a Egipto, por razones que no enriquecerán el relato. Luego de varios siglos, la estadía de los judíos en tierras egipcias era insostenible, y es así como Moisés sale en su búsqueda. Y luego de enfrentarse al faraón Ramses II, lidera al pueblo judío hacia su vuelta a la tierra prometida (esto se conoció como el éxodo judío). Con la ayuda del viento bajan las aguas del mar rojo, y cruzan a lo que hoy es la región del Sinaí. Allí pasan cuarenta años viviendo en el desierto, y es el tiempo durante el cual definen diez reglas y vuelven a Israel con la Torá y los diez mandamientos bajo el brazo.

Mientras tanto, los Filisteos (Filisteos — Philistins — Palestinos), que habían llegado desde Europa mil años antes que Abraham naciera y todo esto ocurriera, vivían sobre las costas de lo que hoy es el territorio de Gaza. Y del otro lado, Benjamin, quien había construido una buena relación con algunos de sus tíos segundos (los hijos de Ismael, jefes de las doce tribus árabes), buscaba conquistar las tierras del sur en manos de su hermano Judá. Hoy, parte de la historia, considera a Benjamin ancestro de muchos palestinos por el apoyo directo o indirecto que brindó a sus primos en la guerra contra los israelitas. No hay contratos, acuerdos o fotos. Alguna es historia escrita y otra compartida a lo largo de 5000 años. Y a esto hay que tenerlo en cuenta para entender el contexto y la labilidad de los motivos que se esgrimen hoy en día en la lucha, al menos, territorial.

Los israelitas, en un abánico temporal de más o menos 500 años estuvieron enfrentados al este con los Hititas, al Sur con los Ismaelitas y al Suroeste con los Filisteos, mientras que la relación entre la tribu de Benjamin y Judá no ayudaba a los israelitas.

Los ismaelitas desde el Sur definitivamente pueden haber tenido influencia religiosa, cultural y militar sobre los filisteos (su enemigo era el mismo) y es por eso que las costumbres y cultura son árabes, mienras que la religión es la islámica. Por el mismo motivo, en lo que hoy se conoce como el West Bank o CisJordania, la influencia de la tribu que lideraba Benjamin y su alianza con los Ismaelitas, ocurrió algo parecido.

Podemos decir entonces con respecto a los pueblos Judíos y Palestinos, que fuera de la supuesta llegada mil años antes que Abraham naciera, de los filisteos a la región, resulta muy difícil decir a ciencia cierta quién llegó primero a esa región y qué le corresponde a cada cual. A esta altura, se debería aceptar que esto es incierto. Pero ya vamos a llegar a los motivos de porque eso no sucede.

Luego y durante todo eso, lo conocido:

  • 1813 a. C. – Nace Abraham (acá empezó esta historia)
  • 1727 a. C. – Nacimiento de Ismael
  • 1713 a. C. – Nacimiento de Isaac
  • 1653 a. C. – Nacimiento de Jacob
  • 1393 a. C. – Nacimiento de Moisés
  • 1280 a. C. – Éxodo de Egipto
  • 1040 a. C. – David se convierte en rey de Israel
  • 965 a. C. – Salomón, hijo de David, se convierte en rey de Israel
  • 960 a. C. – Salomón construye el Primer Templo de Jerusalem
  • 930 a. C. – A la muerte de Salomón, el reino de Israel se divide en dos
  • 721 a. C. – El norte de Israel (Samaria) es tomado por los Asirios
  • 587 a. C. – Nabucodonosor II, rey de los babilonios, destruye el templo de Salomón durante el asedio de Jerusalem
  • 586 a. C. – El reino de Judá es conquistado por el Imperio neobabilónico.
  • 538 a. C. – Ciro el Grande de Persia conquista Babilonia, permitiendo a los judíos regresar a Israel
  • 333 a. C. – Alejandro Magno conquista la tierra de Israel
  • 63 a. C. – Roma anexiona a su Imperio los territorios de Israel
  • 30 – Crucifixión de Jesucristo

Primera conclusión

Hasta acá, la cuestión territorial y política es más que suficiente ya que los detalles de lo que ocurrió hace 4000 años es y será impreciso. Hay cientos de versiones distintas de la historia y varía según quien la escribe y cuenta. La mayor parte de esta historia está sesgada, pero esta recopilación creo que muestra y deja ver eso, o al menos, esa es la intención. Lo incierta que es la cuestión territorial en esta región y sus motivos.

En el próximo post, habiendo dado contexto sobre la historia en la región de los últimos 4000 años, voy a retomar a partir de las primeras revueltas judías contra el Imperio Romano en el año 66 hasta llegar al establecimiento del estado de Israel en 1948.

Mientras tanto, quiero compartir un vídeo con el que me topé en el año 2012 que explica magníficamente los personajes, civilizaciones y religiones que han desfilado en la región desde los tiempos del hombre de las cavernas hasta hoy. Una obra maestra de Nina Paley, llamada “This land is mine”.